Contando historias por: Daniela Monsalve Quiceno

Colombia ha estado ligada fuertemente a la violencia, desde que yo nací solo oigo historias de violencia, narcotráfico, robos, y matanzas.

 

Esta historia que voy a contar es muy cercana a mi y a mi familia, pues le pasó al papá de un familiar, el señor era un “guardaespalda” de un jefe o miliciano de la ciudad, empezó desde muy niño a trabajar con él para poderse mantener porque prácticamente no tenía familiares que lo cuidaran, con el tiempo, el al ver que a todos los matones que trabajaban con el jefe les pagaban tan bien se empezó a encarretar con eso y se volvió un matón de la ciudad, también se empezó a encarretar con el narcotráfico; durante mucho tiempo trabajo en ese oficio, consiguió mucha plata y se volvió uno de los mejores en eso.

 

Hace casi 6 años cuando volvía de un viaje de “negocios” de Bogotá el jefe lo llamó a la casa y le dijo que lo necesitaba urgentemente que se encontrarán, que le iba a dar un trabajo cuando el llegó al punto de encuentro lo cogieron varios tipos y lo empezaron a torturar, le quitaron las uñas de las manos, le quemaron el estomago entre otras cosas y lo metieron a la cajuela del carro donde un día después lo encontraron.

 

Siempre están pendientes de lo que hacemos, porque aquí todos parecemos una familia y yo ya me creo una de ellos.

 

Lo malo es que es muy poco tiempo.

 

Todo lo que es y tiene el grupo es buenísimo.

 

Hay que aprovechar las oportunidades que nos da la vida.

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